jueves, 5 de noviembre de 2009

Rafael Chirbes o el porqué

Hoy he estado hablando con Rafael Chirbes. Me ha contado que escribe para conocerse a sí mismo, para conocer el mundo en el que vive y el tiempo en el que habita. Que así intenta explicarse.

Yo también escribía para eso. Para lo primero, digo, porque desistí hace mucho de apresar el mundo. A mí me educaron tarde en palabras gastadas (participación, colectividad, dignidad, honor, clase social) y a muchas de ellas se las ha comido el mercado. Veo a gente cinco años más joven y no me reconozco. Ni siquiera sé si me reconocería en los de mi generación. Martín Gaite le dijo un día: "Escribimos para salir limpios del fondo de lo peor". Qué se cuenta, por qué se cuenta, a quién va dirigido, si el trabajo (el trabajo por el que cobras) influye -claro que influye, siempre-, por qué se construye un personaje y para qué. Si sería posible un trabajo colectivo. Si cierta vida elegida no significa decidir estar en el limbo. Si realmente decidimos y qué decidimos y con qué armas. O si estamos viviendo la vida que queríamos. Si conocíamos qué vida queríamos. Si criticar sin afirmar es válido. Si esta sensación de que tú no diriges va a seguir siempre así.

Cernuda: "Estoy cansado del estar cansado, entre plumas ligeras sagazmente".

Escribí para conocerme, el cambio no es posible sin violencia y siempre habrá partes de mí sobre las que ya no quiero volver. A pesar de que tengo 33 años y de que, cuanto más medito, más lo constato.

Estoy perdida en mí.

(Sí: la etiqueta está bien: éste es un texto político. Aunque no lo parezca. O sí).

14 comentaron:

Unknown dijo...

Es la individualidad contra lo colectivo, pero ¿son incompatibles?
Si me lo permites, a pesar de que te educaran tarde en ciertas palabras, eres individualista con toques de colectivista.

La diferencia entre conocerse a uno y conocer el mundo creo que es inexistente. El mundo no es sino a través de nuestros ojos, por lo que no se puede no conocer, no explicarse el mundo, si uno trata de conocerse, de explicarse a sí.

¿Vivimos la vida que queríamos? Con reservas, sí. Es evidente que nadie nos explica ni nos da nunca todas las opciones, pero creo, que entre lo que conocemos, solemos elegir -con mayor o menor grado de acierto y de autonomía-.

Unknown dijo...

Creo que todo el que escribe lo hace un poco para encontrarse a si mismo, de ahí el temor que muchos muestran ¿de verdad queremos conocernos?

Un beso fuerte

José Almeida dijo...

No está mal lo de charlar con Chirbes, y desde luego coincido con la idea de la escritura como una manera de discutir con uno mismo, de conocerse y explicarse ciertas cosas que de otra manera tal vez no te pararías a reflexionar con cierta profundidad.

Crematorio es de largo la novela que más me ha gustado en estos últimos años.

Saludos

Los viajes que no hice dijo...

FLaC, son compatibles. El problema es que el porcentaje no es equitativo. Demasiada individualidad. Demasiada poca colectividad. No sé si vivo la vida que quería. ¿Puedes creer que nunca pensé en la vida que quería llevar?

Ricardo, hubo un tiempo en que sí quise. Luego ya desistí. Me gustaría conocer lo mejor de mí, de todos modos.

José Almeida, empiezo a pensar que te has quedado en el primer párrafo :P

José Almeida dijo...

Bueno, es que en lo de coincidir me refería a Chirbes, contigo, la verdad, en este caso, no tanto, demasiada instrospección, demasiada culpa de lo demás: "me educaron tarde en palabras gastadas"... las palabras no se gastan, y a ésas que citas sólo las hemos abandonado por un tonto culto a un yo ficticio, grandilocuente y huero, que sí es paradigma de nuestra sociedad, evidentemente, pero que no parece que tenga ni consistencia si suficiente empaque para devolvernos una imagen final positiva de nosotros mismos. Sólo dudas que con el tiempo se volverán intrascendentes.

Saludos

Los viajes que no hice dijo...

No, no hablaba de culpas. ¿Quién dice que "me educaron" se refiere a otras personas? A otras personas vivas, quiero decir. Lo demás eran preguntas. Sobre la charla con Chirbes y sobre algunos textos de Martín Gaite, Gopegui y Cernuda.

Ana A. dijo...

Me ha encantado la reflexión.

Creo que nos perdemos justito antes de encontrarnos en un sitio distinto del que estábamos o pensábamos ... de ahí la sensación de pérdida .. creo que nos perdemos justito antes de encontrarnos.

¿Para qué escribir? ... el mejor texto que lo explica (para mí) es un fragmento del libro de poesía "Matar a Platón" de Chantall Maillard (una de mis poetas) ... si encuentro tu correo te lo mando :D ... tiene un final bestial ... escribir para que el agua envenenada pueda beberse

Besotes.

Ana A. dijo...

No encuentro tu correo :(

Te dejo un trocín :D

Escribir

para decir el grito
para arrancarlo
para convertirlo
para transformarlo
para desmenuzarlo
para eliminarlo
escribir el dolor
para proyectarlo
para actuar sobre él con la palabra

Escribir

para descansar
(escribir que el sol, en invierno, es hermoso)


por no llorar tan dentro
tan a escondidas

escribir

hasta la extenuación
para que se derrame el dolor contenido
desde el inicio del mundo

escribir
para rebelarse
sin provecho

a pesar de la derrota ya prevista

porque no hay rebeldía que no esté justificada
ni violencia que no sea, en el fondo,
inocente.

escribir
con derecho al llanto

escribir para curar
escribir para guarecerse
escribir como si cerrase los ojos
para no cerrarlos
para mover la mano y seguir su curso /
para sentirse viva
AÚN
para aplazar la angustia
como simulación
para guiar la mente y que no se desboque
para controlar lo controlable.

Pilar dijo...

¿El cambio no es posible sin violencia?

Pilar dijo...

¿Y ahora qué vida quieres llevar?

Pilar dijo...

Ana, ¡qué poema! Es tan... (no encuentro la palabra)

Los viajes que no hice dijo...

Ana... Escribir, por no llorar tan dentro, tan a escondidas... Qué razón, la Maillard... Gracias. Esas cosas hay que colgarlas en público, así que me alegro de que no encontraras mi correo, para que todo el mundo lo disfrute.

Pilar, a la primera pregunta: no me refiero a violencia física. Pero no creo que los cambios sean imperceptibles, tan imperceptibles que te despiertes un día viendo que has cambiado muchísimo y no te dé vértigo. La única vez que a mí me pasó, me dio mucho vértigo. Para la segunda pregunta, no tengo la respuesta. No sé quién quiero ser, ni cómo quiero vivir. No estoy descontenta con mi vida, me gusta más ésta que la que he tenido en ocasiones, pero algo falla y no sé qué es. Quizá lo que falla está lleno de ausencias. Ni idea.

Pilar dijo...

Seguiría preguntando para intentar entender algunas de las frases que has escrito, pero ("siempre habrá partes de mí sobre las que no quiero volver") seguramente no es conveniente.

Es muy sugerente tu texto.
Un saludo

Los viajes que no hice dijo...

Jeje, Pilar. Cierto. Si no quiero volver, no quiero volver. Al menos, no ahora. Digo. Ni siquiera sé a dónde no quiero volver...